LARGO DOMINGO DE NOVIAZGO

Posted on 19 enero, 2014

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Mujeres que no esperan a sus prometidos soldados: los buscan

Al sentarnos delante de Largo domingo de noviazgo (2004) podríamos pecar de pensar: Oh no, otra película sobre mujeres «abandonadas» a la espera de que «su hombre» vuelva de la guerra, pero lo cierto es que esta película tiene un compendio de detalles que la alejan del resto de films con tramas de este tipo.

En primer lugar, la protagonista, Mathilde, interpretada por Audrey Taotou, se trata de una mujer activa, que no toma una actitud pasiva de resignación y de espera. No duda ni un sólo momento en emprender una búsqueda acerca del paradero de su novio, de quien no sabe si ha salido vivo o muerto de la guerra. Incluso cuando varias pistas la llevan a la segunda opción, ella continúa  la búsqueda no sólo con esperanza, sino con actitud activa -valga la redundancia-. La diferencia entre una mujer con esperanza y una mujer activa en la búsqueda sin un átimo de resignación es fundamental en la construcción de la joven. Si nos fijamos bien, esta actitud que rechaza el victimismo la encontramos en otras facetas de la protagonista: Mathilde no solamente perdió a sus padres de pequeña, sino que, también de pequeña, sufrió de polio y debido a ello es coja. Sin embargo, estos hechos y sus consecuencias en la vida de Mathilde no son mostradas en ningún momento como algo que pese sobre la joven. En ningún momento adopta una actitud de pobrecita en lo que nos gusta denominar al estilo Clara de Heidi, más bien todo lo contrario: Mathilde no solo disfruta de los masajes que le propicia un joven y apuesto masajista en sus piernas y trasero mientras se tumba desnuda frente a él, sino que incluso duda sobre si debería flirtear con el susodicho. Por otra parte, tampoco muestra reparos en sacar provecho de su cojera – con el objetivo de conseguir sus propósitos- presentándose en silla de ruedas en una sociedad que sabe que victimiza a las personas con discapacidades, manipulando, así, la percepción que tienen la gente sobre ella.

Pero Mathilde no es la única mujer que se muestra activa en la búsqueda de su prometido desaparecido. También tenemos a Tina Lombardi, protagonizada por Marion Cotillard, la cual se lanza no solamente a la aventura de conocer si su pareja está viva o muerta sino que, una vez se entera de su fallecimiento, no titubea en ir matando a cada una de las personas que contribuyeron a su muerte. Se muestra una mujer fuerte y astuta. Tanto es así que cuando es condenada a la guillotina por sus asesinatos, a la única a quien decide recibir en prisión es a Mathilde diciéndole no solamente algo como «Nosotras somos iguales, cada una a su estilo» sino, además, no arrepintiéndose de sus actos, lamentando, tan sólo, que le corten el pelo a lo que termina diciendo que tampoco es tan grave dado que así aún se parecerá más a Juana de Arco.

La construcción de Tina Lombardi sin duda no está hecha en vano. Durante esta última escena que acabamos de comentar, donde Mathilde la visita en prisión antes de ser ejecutada, ésta le da un reloj regalo de su pareja. En él, su pareja le deja una nota a Tina indicándole que no malgaste su vida a través de la venganza. Entonces Tina empieza a llorar. Y es que durante toda la película encontramos una censura de la guerra. Ya no solamente en este hecho en el que se enfatiza que la violencia solo trae violencia y nada bueno, sino en otros momentos como en el que Mathilde dice que «ningún hombre debería ir a la guerra» o en el énfasis de mostrar los hombres miserables que estaban al mando (recordemos que los soldados desaparecidos y ahora buscados por sus parejas debían ser juzgados por desertar, la sentencia salió absolutoria pero uno de los altos mandos -asesinado posteriormente por Tina- destruyó dicha sentencia sin ningún tipo de motivo aparente, simplemente por y con mala fe). Por otra parte, la película no duda en mostrar en repetidas ocasiones escenas más que realistas de lo que es una guerra, con todo el horror que ello comporta.

La nacionalidad de Tina Lombardi es corsa. Si bien Córcega forma parte de Francia, tampoco tiene pinta de ser un detalle puesto sin razón. Ya no tan sólo como una crítica o censura más a la guerra, dado que el esposo de Tina, aún luchando para el ejército francés, termina siendo abatido por un soldado francés dado que no tolera que éste diga que no siente o no es francés, sino por otra razón: la sororidad de las mujeres, aún de diferente nacionalidad. Y es que, de la misma manera que aparece Tina como corsa, también aparece otra mujer alemana que le da información a Mathilde sobre su prometido. Esta mujer es la hermana de un alemán asesinado en la misma guerra por los soldados franceses. De hecho, decide darle la información a Mathilde cuando ambas están solas en el baño, dado que sería incomprensible acercarse a la mesa de una mujer del pueblo enemigo. Así pues, con este personaje se destaca la sororidad de las mujeres, incluso si éstas son, no solamente de diferente nacionalidad, sino de la nacionalidad del pueblo enemigo.

Este último personaje también ayuda a plasmar un personaje que no esté necesariamente relacionado con los hombres desaparecidos a través de una relación sentimental, sino que, en este caso, se trata de una relación de hermanos. Respecto al resto de mujeres que sí que están relacionadas a través de una relación de pareja, el director y los tres guionistas de Largo domingo de noviazgo se preocupan por buscar relaciones apartadas de las tradicionales románticas.

Así pues, Mathilde y Manech no son una pareja construida a través de un amor a primera vista, sino que es una relación cimentada a través del tiempo y de la amistad dado que se conocieron de pequeños y han crecido juntos.

Tina Lombardi es prostituta y en ningún momento ello se presenta como impedimento ni para tener una relación estable con su pareja ni para que ambos se amen profundamente.

Elodie Gordes, personaje del que aún no hemos hablado e interpretado por Jodie Foster, es madre soltera. Se casa con un hombre, el cual a su vez anteriormente se había casado con otra mujer, ahora fallecida, que ya tenía cuatro hijos e hijas. Así pues, forman una familia de cinco hijos/as, donde sólo una es biológicamente de Elodie y ninguno/a de su marido. Sin embargo, la película relata lo felices que fueron antes de entrar en guerra. Una vez llega ésta y durante un permiso, su marido -que es estéril- le pide a Elodie que mantenga relaciones sexuales con su mejor amigo para que se quede embarazada dado los hombres con seis hijos/as están exentos de ir a la guerra. Así pues, como vemos se trata de una relación alejada de la típica y no por ello exenta de amor y felicidad. Bien es cierto que llegados a un punto el marido de Elodie siente celos de su mejor amigo, pero finalmente terminan haciendo las paces y cuidando el uno del otro en la guerra, si bien terminan muriéndose ambos. Por otra parte, Elodie termina enamorándose del mejor amigo de su marido, pero en ningún momento se dice que deja de amar a su marido. Además, ese amor nuevo surge a través del sexo. Tradicionalmente el cine nos suele mostrar lo contrario: cómo primero la pareja se enamora -generalmente a través de un flechazo- y posteriormente explotan en sus relaciones sexuales. En este caso es al revés y ello no se dibuja como menos amor o un amor peor.

El final de la película también es atípico, alejado del hollywoodiense. Desde el romanticismo se podría haber optado por el final feliz de encontrar a Manech, comer perdices y ser felices, o por otra parte, el dramático de saber que, efectivamente, falleció. Sin embargo, se opta por un tercer final: Mathilde finalmente encuentra a Manech pero éste sufre de una profunda y total amnesia. Sin embargo, una vez más, lo que más destaca del film es la actitud con que se presenta el momento: la película se desvincula del dramatismo y de la actitud resignada. No solamente encontramos como momento clave aquel en que Manech, cuando ve a Mathilde, le dice la misma frase que le dijo la primera vez cuando se conocieron de pequeños (¿te duele cuendo andas? – refiriéndose a su cojera) sino que, además, cuando ella se sienta junto a él y empiezan a resbalarse las lágrimas por sus mejillas, él le dice: ¿por qué llorar?, a lo que ella responde con una enorme sonrisa, dado que, una vez más, se opta por el positivismo: Manech está vivo. No hay razón para la tristeza.

Como conclusión, con Largo domingo de noviazgo nos encontramos con una de esas películas de mujeres que se quedan a la espera del regreso de sus maridos. Pero una «a la espera» bastante relativa. Y es que, puestos a retratar esta realidad, el director y guionistas construyen una película que destaca por la construcción de unas mujeres valientes dispuestas a llegar hasta el final para saber el destino de sus maridos. Así pues, «a la espera» se transforma en una protagonista que podría tener muchas razones para adoptar una actitud resignada y negativa (sus padres fallecieron, ella es coja, no sabe si su prometido está muerto y, cuando lo encuentra, éste ha perdido la memoria) pero que, sin embargo, se muestra positiva y activa durante todo el largometraje. Todo ello en un contexto crítico con la guerra y a través de unas relaciones construidas alejándose de las típicas, no solamente respecto a las sentimentales, sino a las que construyen las mujeres entre sí: sororas donde las haya, incluso entre aquellas de nacionalidades enemigas.

 

Información Película estrenada el 2004, 133 min., Francia, EEUU
Géneros Drama, Misterio, Romance
Idiomas Francés, Alemán, Corso
Directores Jean-Pierre Jeunet
Guionistas Sébastien Japrisot, Jean-Pierre Jeunet, Guillaume Laurant, Guillaume Laurant
Productores Francis Boespflug, Bill Gerber, Jean-Pierre Jeunet, Jean-Louis Monthieux,Fabienne Tsaï
Posted in: Amor