#BeMiércolesAddams, my friend

Posted on 31 agosto, 2014

4


Por CarrieCandice

Una de las campañas que se han lanzado en esta ya llamada cuarta ola de feminismo es Stop Telling Women to Smile.

Se trata de una acción que rompe de cuajo con el estereotipo de que la mujer esté intrínsecamente relacionada con lo dulce. Una relación que guarda en el fondo una inmensa infantilización de la misma y que es la causa, a corto plazo, de pautas tan normalizadas como el depilarse las piernas e incluso el pubis.

La normalización de que tenga que haber una eterna sonrisa en la cara de la mujer llega a traernos situaciones tan paradojas como aquellas donde, después de haber sido ésta víctima de un acoso sexual y por razón de sexo callejero (mal llamado «piropeo») y no corresponder ella con una sonrisa a tal halago, dicha mujer tenga que volver a ser ofendida con un con esa cara de perro no vas a encontrar novio en tu vida.

Seguramente muchas de las personas que han leído este último párrafo se habrán reído, pero lo que puede parecer un chiste, siendo una circunstancia de lo más cotidiana, acumula una serie de hechos que no hacen más que demostrar las micro y macro violencias que una mujer debe soportar cada día de su vida por el simple hecho de haber nacido mujer:

– que unos hombres se autoproclamen con el privilegio de dirigirse hacia tu persona por ser ellos hombres y tú mujer;

– que esa acción sea para enjuiciar tu cuerpo (aunque sea para alabarlo);

– que se reafirmen los cánones de belleza heteropatriarcales con dicha alabanza;

– que la mujer esté obligada a estar agradecida por ese acto no pedido, pues ya se sabe que vivimos en un mundo androcéntrico y no agradecer cualquier acto masculino es pecado;

– que la mujer sea insultada y atacada si no cumple con la obligación de ser agradecida con el sexo masculino;

– que se dé por hecho que el deseo de la mujer es ser alabada por un hombre;

– que se dé por hecho que el deseo de la mujer es encontrar pareja.

Por lo que campañas como Stop Telling Women to Smile no solamente rompen con el estereotipo de mujer igual a dulzura, sino que cuestionan las relaciones entre hombres y mujeres en un mundo profundamente heteropatriarcal.

Facebook de Stop Telling Women to Smile

 

thisisawkwardnyc:</p><br /> <p>My name is not baby, shorty, sexy, sweety, honey, sugar, mama, lady…<br /><br />

Pero antes de que naciera esta campaña, en 1964 nació la Familia Addams con un personaje inevitable de recordar cuando se piensa en la frase Stop telling women to smile (deja de decirle a las mujeres que sonrían).

Y esa es la hija de la familia, Mrcoles Addams, quien se caracterizaba por un rostro serio con su vestido negro, alejándose de las niñas tradicionales dulces y de color rosa.

 

La Familia Addams, 1964

 

Unos cuantos años después y a raíz especialmente de la película sobre la familia Addams, el personaje de Miércoles Addams, protagonizado por Christina Ricci, adquirió una gran fama entre las adolescentes, no sabría decir si por el empuje de la industria del cine por reinventar un nuevo tipo de personaje femenino más siniestro (como lo demuestran películas que llegaron muy eficazmente a las chicas, como la exitosa Jóvenes y Brujas) o por la necesidad ya casi extenuante de poder acogerse a algo alejado de floripondios y caballitos pony.

Christina Ricci protagonizando a Miércoles Addams, 1991

Lo lamentable del asunto es que si lo examinamos con detenimiento, la aparición de un personaje como el de Miércoles Addams se debió en exclusiva por tener la oportunidad de crear una familia rara y extravagante, dándole el contexto idóneo para su existencia.

¿Es que fuera de ese contexto no podría haber existido un personaje como ella?

Para más inri, cada vez que se acerca la fiesta de Halloween, tenemos que soportar que un personaje como ella se vea, al igual que le ocurre a muchos otros, cosificada creando un disfraz que atienda los deseos heteropatriarcales. 

 

 

Estos dos últimos hechos lo único que corroboran es la necesidad de continuar con campañas como la de Stop Women to Smile. Y es que, por mucho que nos convirtamos en Miércoles Addams y decidamos por nosotras mismas cuándo sonreír y cuándo no, si hay una sociedad que insulta a la mujer que decide posicionarse en libertad, no bastará con aprender a ser mujeres libres, sino que deberá ser la propia sociedad quien aprenda a dejarnos ser libres.