Por CarrieCandice
Una de las campañas que se han lanzado en esta ya llamada cuarta ola de feminismo es Stop Telling Women to Smile.
Se trata de una acción que rompe de cuajo con el estereotipo de que la mujer esté intrínsecamente relacionada con lo dulce. Una relación que guarda en el fondo una inmensa infantilización de la misma y que es la causa, a corto plazo, de pautas tan normalizadas como el depilarse las piernas e incluso el pubis.
La normalización de que tenga que haber una eterna sonrisa en la cara de la mujer llega a traernos situaciones tan paradojas como aquellas donde, después de haber sido ésta víctima de un acoso sexual y por razón de sexo callejero (mal llamado «piropeo») y no corresponder ella con una sonrisa a tal halago, dicha mujer tenga que volver a ser ofendida con un con esa cara de perro no vas a encontrar novio en tu vida.
Seguramente muchas de las personas que han leído este último párrafo se habrán reído, pero lo que puede parecer un chiste, siendo una circunstancia de lo más cotidiana, acumula una serie de hechos que no hacen más que demostrar las micro y macro violencias que una mujer debe soportar cada día de su vida por el simple hecho de haber nacido mujer:
– que unos hombres se autoproclamen con el privilegio de dirigirse hacia tu persona por ser ellos hombres y tú mujer;
– que esa acción sea para enjuiciar tu cuerpo (aunque sea para alabarlo);
– que se reafirmen los cánones de belleza heteropatriarcales con dicha alabanza;
– que la mujer esté obligada a estar agradecida por ese acto no pedido, pues ya se sabe que vivimos en un mundo androcéntrico y no agradecer cualquier acto masculino es pecado;
– que la mujer sea insultada y atacada si no cumple con la obligación de ser agradecida con el sexo masculino;
– que se dé por hecho que el deseo de la mujer es ser alabada por un hombre;
– que se dé por hecho que el deseo de la mujer es encontrar pareja.
Por lo que campañas como Stop Telling Women to Smile no solamente rompen con el estereotipo de mujer igual a dulzura, sino que cuestionan las relaciones entre hombres y mujeres en un mundo profundamente heteropatriarcal.
Facebook de Stop Telling Women to Smile
Pero antes de que naciera esta campaña, en 1964 nació la Familia Addams con un personaje inevitable de recordar cuando se piensa en la frase Stop telling women to smile (deja de decirle a las mujeres que sonrían).
Y esa es la hija de la familia, Miércoles Addams, quien se caracterizaba por un rostro serio con su vestido negro, alejándose de las niñas tradicionales dulces y de color rosa.
La Familia Addams, 1964
Unos cuantos años después y a raíz especialmente de la película sobre la familia Addams, el personaje de Miércoles Addams, protagonizado por Christina Ricci, adquirió una gran fama entre las adolescentes, no sabría decir si por el empuje de la industria del cine por reinventar un nuevo tipo de personaje femenino más siniestro (como lo demuestran películas que llegaron muy eficazmente a las chicas, como la exitosa Jóvenes y Brujas) o por la necesidad ya casi extenuante de poder acogerse a algo alejado de floripondios y caballitos pony.
Christina Ricci protagonizando a Miércoles Addams, 1991
Lo lamentable del asunto es que si lo examinamos con detenimiento, la aparición de un personaje como el de Miércoles Addams se debió en exclusiva por tener la oportunidad de crear una familia rara y extravagante, dándole el contexto idóneo para su existencia.
¿Es que fuera de ese contexto no podría haber existido un personaje como ella?
Para más inri, cada vez que se acerca la fiesta de Halloween, tenemos que soportar que un personaje como ella se vea, al igual que le ocurre a muchos otros, cosificada creando un disfraz que atienda los deseos heteropatriarcales.
Estos dos últimos hechos lo único que corroboran es la necesidad de continuar con campañas como la de Stop Women to Smile. Y es que, por mucho que nos convirtamos en Miércoles Addams y decidamos por nosotras mismas cuándo sonreír y cuándo no, si hay una sociedad que insulta a la mujer que decide posicionarse en libertad, no bastará con aprender a ser mujeres libres, sino que deberá ser la propia sociedad quien aprenda a dejarnos ser libres.
Marta
3 septiembre, 2014
¡Buenos días! Vi la versión más moderna de la peli muchas veces en su día, y al ver tu artículo he caído en otros ejemplos, como el de Jorge en los libros que solía leer de la colección Los Cinco. Personajes diferentes, y que sin embargo siempre han despertado en mí la mayor simpatía entre otros personajes más planos. Tristemente, con estos gustos por esas esas edades comienzas a pensar que entonces quizá seas tú misma un poco rara, hasta que abres los ojos, claro.
En relación al sexo callejero callejero, siempre me pregunto si es mejor callarse o contestar para enfrentarse a este tipo de situaciones. Quizá la respuesta sea más clara de lo que pienso pero nunca reacciono. Me temo que ninguna de las opciones va a evitar que el acoso se repita, ya que como bien dices la sociedad debe aprender.
¡Un saludo!
Marta
3 septiembre, 2014
¡Buenos días! Vi la versión más moderna de la peli muchas veces de jovencilla, y al ver tu artículo he caído en otros ejemplos, como el de Jorge en los libros que solía leer de la colección Los Cinco. Personajes diferentes, y que sin embargo siempre han despertado en mí la mayor simpatía entre otros personajes más planos. Tristemente, con estos gustos por esas esas edades comienzas a pensar que entonces quizá seas tú misma un poco rara, hasta que abres los ojos, claro.
En relación al sexo callejero callejero, siempre me pregunto si es mejor callarse o contestar para enfrentarse a este tipo de situaciones. Quizá la respuesta sea más clara de lo que pienso pero nunca reacciono. Me temo que ninguna de las opciones va a evitar que el acoso se repita, ya que como bien dices la sociedad debe aprender.
¡Un saludo!
oneta
15 diciembre, 2014
¡Hola! Primero de todo, muchas felicidades y, sobretodo, muchas gracias por vuestro blog ¡¡Es genial!! Y un post muy interesante también, sobretodo por como habéis atado el concepto de dulzura (entendida como sumisión) al tema del acoso callejero. Y el repunto del disfraz va perfecto para ver como se gira la tortilla a favor del heteropatriarcado.
El caso es que llevo como un año interesándome por el movimiento feminista, de momento he ido informándome leyendo blogs, foros, viendo vídeos… Aún me queda el escalón de leerme un libro sobre el tema, pero tiempo al tiempo. La verdad es que aún perteneciendo a una generación bastante joven (tengo 20 años) empecé a ver micromachismos (y no tan micros…) por todas partes. Desde que me inicié en el tema, mi forma de ver la sociedad cambió radicalmente, sentí como si me quitaran una venda de los ojos. También lo he querido compartir con mi familia y amistades, y creo que algunos de ellos también han aprendido a analizar mejor el entorno y a esforzarse por cambiar conductas sexistas. Pero aún tengo líos (que espero me podáis ayudar a solucionar) con algunos aspectos:
– Primero: ¿Es sexista usar, por ejemplo, «algunos de ellos» en lugar de «algunos/as de ellos/as (como he hecho más arriba)? Seguramente la respuesta sea SÍ. Pero la cuestión es que muchas veces me da pereza escribir tanto o en algunos escritos me da la sensación de que no queda «bonito». Pero si no lo hago me siento menos feminista, pero… ¿realmente es tan importante?
– Segundo: El tema de la imagen me tiene bastante, hablando en plata, «rayada». Ya que a mi me gusta depilarme (me encanta sentirme suave), no soy una fanática de la moda pero me gusta comprar ropa que me favorezca y con la que me vea guapa,cuidar un poquito la línea (aunque aquí entran temas de salud también), me gusta maquillarme…En resumen, todo esto para mi constituye una parte importante de mi autoestima. Evidentemente no es lo único ni lo primordial (antes iría el afecto de mi familia y amigos, la autorrealización personal, el sentimiento de competencia…), pero si me pasase un mes sin ir depilada, sin maquillar y con chándal a todas partes estoy segura de que mi autoestima decaería bastante ¿Es eso un comportamiento machista? Seguramente no tanto ¿Pero si aparte confieso que cuando me arreglo también busco gustar a los hombres (no a todos,solo a los que me interesan en un sentido sexual/amoroso? ¿Es eso machista? Quiero decir, yo nunca me pondría algo con lo que no me sintiese cómoda solo para gustar. Pero tal vez me miro al espejo y pienso «Me siento bien con mi imagen, me veo guapa y aparte creo que le causaré impacto positivo a fulanito», ¿No es eso parte de nuestra biología? ¿Querer gustar a quien te gusta para propiciar el apareamiento? Quiero recalcar que alguien no se debe sentir atraído SOLO por mi aspecto, sino también por mi personalidad y que haya un feeling más allá de lo físico.
Todo este tema me ha recordado a una duda que tenía con el post del anuncio de Desigual, pero ya la dejaré para más adelante…
Perdón por la biblia que he escrito y espero que podáis solucionar mis dudas.
¡Muchas gracias!
oneta
15 diciembre, 2014
Por cierto, cuando he dicho lo de los veinte años no me he explicado bien pero quería referirme a que he visto muchas conductas sexistas en gente de mi edad (incluso menor) que se supone que deberían estar muy superadas.